Hay actitudes muy humanas, muy utilizadas y muy universales, pero no por ello podemos decir que sean muy efectivas.
El equivocarnos, el hacer algo que no queríamos o que no deberíamos, el traicionar una amistad o la confianza que nos habían dado, el robar, engañar, y un sin fin de otras cosas que la Biblia llama pecado, parecería ser parte innata en el ser humano. Pero cuando uno de nosotros entiende que ha cometido algo así, por lo general, busca el ocultarlo como el camino más fácil y más efectivo para que «aquello» no produzca un daño mayor.
Esta última actitud tan humana, tan utilizada y tan universal, rara vez es efectiva y en lugar de solucionar tiende a complicar aún más las cosas.
Cuando uno lee los 10 primeros capítulos del libro 2ª Samuel en la Biblia, no deja de asombrarse como Dios prosperó en todo a David. Pasó de ser un refugiado en tierras extrañas acompañado de un mísero grupo de hombres con dudosa reputación, al rey de toda una nación que tenía en sujeción a las naciones vecinas. Da la impresión de estar embarcado en una montaña rusa que con velocidad gana las mayores alturas del éxito.
Hasta que uno llega al capítulo once y ahora la sensación cambia a la de una caída en picada.
2Sa 11:2-5 RV60 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. (3) Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. (4) Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. (5) Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.
He allí el pecado, pero no es en el que quiero detenerme sino en lo que pasó después. David tenía dos opciones luego de haber pecado con Betsabé. Podía haber confesado su culpa y haber pedido perdón por aquella falta, o podía intentar ocultarlo y que pasara desapercibido.
¿Que fue lo que hizo?, intentó ocultarlo.
Mandó llamar a su esposo que estaba en el campo de batalla para que durmiera con su mujer y así las sospechas del embarazo quedarían cubiertas, pero aquél hombre fiel a la causa no estaba dispuesto a disfrutar de tal deleite mientras el resto del pueblo derramaba su sangre en el campo de batalla. David insistió emborrachándolo y ni aún así lo logró. Entonces lo envía nuevamente al campo de batalla con un sobre cerrado en su mano para el general con órdenes que sellaban su suerte.2Sa 11:15-17 RV60 Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera. (16) Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes. (17) Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.
David manda llamar a la mujer del fallecido Urías y arregla con ella un rápido matrimonio. Ahora si, piensa David, las cosas volverán a la normalidad, …¿o no?
Poco tiempo después un hombre de Dios trae un mensaje a David y lo que él creía oculto vuelve a estallarle en la cara.
2Sa 12:9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
Preste atención a las consecuencias:
La bendita prosperidad de la que gozaba se interrumpió. 2Sa 12:8 DHH te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más.
Públicamente sería avergonzado. 2Sa 12:12 BL95 Tú hiciste esto en secreto, pero yo llevaré a cabo eso en presencia de todo Israel, a pleno día.
La puerta que él abrió sería atravesada por sus hijos también. El valor de los ejemplos. 2Sa 13:7-14 BAD David envió un mensajero a la casa de Tamar, para que le diera este recado: «Ve a casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida.» (8) Tamar fue a casa de su hermano Amnón y lo encontró acostado. Tomó harina, la amasó, preparó las tortas allí mismo, y las coció. (9) Luego tomó la sartén para servirle, pero Amnón se negó a comer y ordenó:-¡Fuera de aquí todos! ¡No quiero ver a nadie! Una vez que todos salieron, (10) Amnón le dijo a Tamar:-Trae la comida a mi habitación, y dame de comer tú misma. Ella tomó las tortas que había preparado y se las llevó a su hermano Amnón a la habitación, (11) pero cuando se le acercó para darle de comer, él la agarró por la fuerza y le dijo:-¡Ven, hermanita; acuéstate conmigo! (12) Pero ella exclamó:-¡No, hermano mío! No me humilles, que esto no se hace en Israel. ¡No cometas esta infamia! (13) ¿A dónde iría yo con mi vergüenza? ¿Y qué sería de ti? ¡Serías visto en Israel como un depravado! Yo te ruego que hables con el rey; con toda seguridad, no se opondrá a que yo sea tu esposa. (14) Pero Amnón no le hizo caso sino que, aprovechándose de su fuerza, se acostó con ella y la violó.
Todo esto y muchas otras cosas más, como el espíritu de rebelión en otro de sus hijos, se podría haber evitado si en lugar de tomar por el camino de querer ocultar los pecados, hubiera tenido la valentía de seguir por el camino del arrepentimiento.
Todos estamos expuestos a tentaciones y de seguro que en algunas oportunidades vamos a caer, no hablo solo de lo sexual sino de todo aquello que es una rebeldía a los mandamientos divinos. Pero cuando esto pase, ¿qué vamos a hacer?¿qué camino vamos a escoger?
Hay solo un camino que nos lleva a la solución efectiva de las cosas que mal hacemos y sus consecuencias. Este es el camino del arrepentimiento. Cada vez que falles no intentes ocultarlo porque las cosas podrían empeorar, confesarlas y arrepentirse de ellas es lo que debemos hacer.
Pro 28:13 RV60 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
La Biblia nos motiva a tomar este camino. Heb 4:15-16 BLS El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios. (16) Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.
Es mi consejo que no encubras ninguna de tus faltas ante Dios. Arrepiéntete y busca su perdón.
Termino con este verso de la Biblia y el comentario que de el hace Matthew Henry.
1Jn 1:9 RV60 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Declarémonos culpables ante Dios, humillémonos y dispongámonos a conocer lo peor de nuestro caso. Confesemos honestamente todos nuestros pecados en su plena magnitud, confiando totalmente en su misericordia y verdad por medio de la justicia de Cristo, para un perdón libre y completo y por nuestra liberación del poder y la práctica del pecado