Mi nombre es Esther y esta es mi historia

Mi nombre es Esther, aunque en hebreo me llamaban Hadassah. Mi historia es emocionante y romántica, pero también está marcada por tramas de asesinato y profundas convicciones. Todo comenzó en un momento muy sombrío, cuando mi pueblo se encontraba en el exilio. En mi relato, no encontrarás la tierra prometida, ya que fui llevada a la tierra de otro hombre.

Imagínate no tener un lugar al que llamar hogar, ¿cómo te sentirías? Nosotros, como exiliados, no teníamos un lugar propio. Así que decidí cambiar mi nombre de Hadassah a Esther.

Después de perder a mis padres, encontré esperanza al ser acogida por Mardoqueo, mi primo mayor que vivía en Susa. Mardoqueo era un hombre de Dios, al igual que yo, que valoraba las cosas de Dios. Él también era un exiliado, llevado desde Jerusalén por el rey Nabucodonosor.

En medio de la incertidumbre y la adversidad, la valentía y la fe se entrelazaron en mi historia, marcando un camino de convicción y determinación. Mi viaje desde la oscuridad hacia la luz, desde la pérdida hasta la esperanza, es un testimonio de cómo la fe y la valentía pueden transformar el destino de una persona.

El Festín del Rey Asuero y la Reina Vasti

Una Celebración Fastuosa en el Palacio Real

Mardoqueo me cuidaba como a un padre en Babilonia, pero todo cambió con un festín, un lujoso festín dentro del Palacio del Rey Asuero. El reinado de Asuero se extendía desde la India hasta Etiopía, y en el tercer año de su reinado, celebró un banquete para todos sus oficiales y asistentes.

  • Oficiales del ejército de Persia y Media,
  • Los nobles y los funcionarios de las provincias

Durante 180 días, mostró la vasta riqueza de su reino y el esplendor de su majestuosidad. Al finalizar estos días, el rey ofreció un banquete que duró siete días en los jardines cerrados del palacio real. Había divanes de oro y plata sobre un pavimento de mármol. Fue un evento grandioso, donde el rey ordenó a los mayordomos de vino servir a cada hombre lo que deseara.

La reina Vasti también ofreció un banquete para las mujeres en el Palacio Real del Rey Asuero.

La historia de la Reina Vasti y el Rey Jerjes

El Rey Jerjes se encontraba de buen ánimo por el vino y mandó a sus sirvientes que trajeran a la Reina Vasti luciendo su corona real para mostrar su belleza a la gente y a los nobles, ya que era impresionante a la vista. Sin embargo, la Reina Vasti se negó a ir cuando los asistentes le entregaron la orden del Rey. Entonces, el Rey se enfureció y ardió en ira. Tras consultar con sus sabios consejeros, el Rey fue informado de que las acciones de Vasti establecerían un mal ejemplo para las mujeres en todo el reino.

Después, uno de los sabios respondió en presencia del Rey y los Nobles que la Reina Vasti había actuado mal no solo contra el Rey, sino también contra todos los Nobles y el pueblo de todas las provincias del Rey Jerjes. Por lo tanto, si al Rey le place, que emita un Decreto Real y que se escriba en las leyes de Persia y Media, el cual no podrá ser revocado, que Vasti nunca más sea reina.

La Elegida para Ser Reina

En tiempos antiguos, la presencia del Rey Jerjes era un acontecimiento solemne. Pero un día, el Rey decidió que la Reina Vashti debía ser reemplazada.

La Búsqueda de una Nueva Reina

El Rey actuó con rapidez y sugirió que se buscara a una mujer mejor que Vashti para ocupar su lugar. Su consejo fue escuchado, y se decidió buscar entre las jóvenes más bellas del reino.

  • Las jóvenes vírgenes fueron llevadas al cuidado de Hagai, el eunuco del Rey.
  • Se les brindaron tratamientos de belleza para realzar su esplendor.
  • Finalmente, aquella que conquistara el corazón del Rey sería coronada como Reina.

Entre las seleccionadas para el honor se encontraba una joven que, a pesar de la competencia, logró ganarse el favor de Hagai. Su dedicación y esfuerzo no pasaron desapercibidos, y pronto destacó entre las demás aspirantes.

Así, siguiendo el decreto del Rey, las jóvenes fueron preparadas y presentadas ante él en la Ciudadela de Susa. Y allí, una de ellas sería elegida para ocupar el trono al lado del Rey Jerjes.

Descubriendo la historia de Ester

En un reino lejano, la joven Ester se embarcó en un viaje extraordinario que la llevaría a convertirse en reina. Con la ayuda de siete asistentes femeninas seleccionadas del palacio del rey, Ester recibió tratamientos de belleza y disfrutó de comidas especiales. Juntas, se trasladaron al mejor lugar en Hera, donde Ester se preparaba para su encuentro con el rey.

El cuidado de Mardoqueo

Ester guardaba un secreto sobre su origen y familia, siguiendo las instrucciones de Mardoqueo, quien le prohibió revelar su identidad. Con el apoyo de Hagai y Mardoqueo, Ester se ganó el favor necesario para acercarse al rey. Mardoqueo, siempre atento, vigilaba el bienestar de Ester, recorriendo a diario los alrededores del harén para asegurarse de que estuviera bien.

El camino hacia el rey

Antes de presentarse ante el rey Asuero, Ester debía completar un riguroso programa de tratamientos de belleza que duraba doce meses. Seis meses de aceite de mirra y seis meses de perfumes y cosméticos. Solo tras cumplir con estos requisitos podía Ester acudir al rey, llevando consigo todo lo que deseara.

La historia de Ester: De concubina a reina

El favor del rey y la traición de Amán

Cuando llegó mi turno de ser presentada al rey, no pedí más que lo que Hagai había sugerido. Una vez frente al rey, Asuero parecía más atraído por mí que por las demás mujeres. Gané su favor y aprobación por encima de todas las demás. Fue entonces cuando me colocó una corona real en la cabeza y me nombró Reina en lugar de Vashti.

Organizó un gran banquete en mi honor, invitando a todos los nobles. Incluso proclamó un día festivo en todas las provincias y distribuyó regalos con generosidad real. Todo iba bien hasta que descubrí la verdad siniestra sobre un hombre llamado Amán. Este individuo odiaba a mi pueblo y buscaba exterminarnos por completo de la faz de la tierra.

El rey Asuero había honrado a Amán, elevándolo y otorgándole un lugar de honor en la corte. Sin embargo, su verdadera intención era despiadada y perversa. Mi deber como reina era proteger a mi gente de esta amenaza.

A pesar de los desafíos que enfrentaba, me aferré a mi valentía y determinación para confrontar a Amány salvar a mi pueblo de la aniquilación. Esta es la historia de cómo una concubina se convirtió en reina y luchó por la supervivencia de su pueblo.

Resistencia ante la adversidad

En un reino donde la sumisión era la norma, Mardoqueo se destacaba por su valentía y convicciones inquebrantables. A pesar de las presiones y el temor impuesto por las autoridades, él se negó a inclinarse ante Amán, desafiando así las órdenes del rey.

Un acto de coraje

Los oficiales reales, acostumbrados a recibir reverencias y obediencia ciega, no podían entender la postura de Mardoqueo. Le instaban a cumplir con las normas establecidas, pero él se mantenía firme en su decisión de no rendirse ante un hombre, pues su temor a Dios primaba sobre cualquier temor humano.

El desafío de ser diferente

Amán, irritado por la resistencia de Mardoqueo, planeaba no solo castigar a este hombre en particular, sino exterminar a todo su pueblo. Sin embargo, la determinación de Mardoqueo no flaqueaba, recordándonos que a veces es necesario desafiar las injusticias, incluso si eso implica ir en contra de la corriente.

En un contexto donde la obediencia era la regla de oro, la valentía y la fe de Mardoqueo brillaban con luz propia, recordándonos la importancia de mantenernos firmes en nuestras convicciones, incluso cuando el camino parece solitario y lleno de obstáculos.

La Adoración de Otros que no Sea Dios

El Acto de Adorar a Otros que no Sea Dios

La adoración a cualquier ser que no sea Dios era una práctica común entre los monarcas del este. En este contexto, los compañeros de trabajo de Mardoqueo intentaron ganar el favor ante los ojos de Amán señalando su negativa a rendirle honores. Amán, un hombre extremadamente ególatra, se vio indignado por la descarada falta de respeto de Mardoqueo, lo cual lo llevó más allá de la razón. En lugar de confrontar a Mardoqueo solo, Amán urdió un plan para aniquilar a todos los judíos en el reino.

Los Primeros Pasos de Amán

El primer paso de Amán fue echar suertes para determinar una fecha adecuada para la ejecución masiva. Por una aparente coincidencia, la fecha indicada estaba casi un año en el futuro y la suerte cayó en el duodécimo mes. Posteriormente, Amán se dirigió al rey Jerjes. Con un informe incendiario sobre el pueblo de Mardoqueo, distorsionando la verdad y presentándolos como una amenaza para el reino, Amán instó al rey a emitir un decreto ordenando su exterminio. El rey entonces le entregó su anillo de sello para que Amán sellara el decreto con su autoridad.

El Reinado Malvado de Amán

Un Decreto de Muerte Injusta

En la historia del reino, Amán, un hombre de gran orgullo y ambición, obtuvo el favor del rey Asuero para llevar a cabo su malvado plan. El rey, confiado en su consejero, le dijo a Amán: «Haz con el pueblo lo que te parezca, según la ley de los medos y los persas». Una vez emitido este decreto, no podía ser cambiado ni retirado. Asuero, el rey, selló el decreto de muerte con su anillo real, condenando a miles de inocentes a ser sacrificados en el altar del orgullo de Amán.

La Difusión del Edicto

Copias del edicto de ejecución se enviaron con gran meticulosidad, estableciendo el día 13 del mes 12 para la atrocidad. Este texto debía convertirse en ley en cada provincia y ser conocido por personas de todas las nacionalidades, preparándolas para ese día.

La Reacción en Susa

Mientras el rey y Amán celebraban con bebidas, la ciudad de Susa estaba atónita. La noticia de la sentencia injusta se propagó, llenando de tristeza a la población. Mardoqueo, consternado, se vistió de luto y lamentó por la ciudad, reflejando la tristeza que reinaba donde el mal tenía poder.

Este relato nos muestra cómo la ambición desenfrenada y la injusticia pueden llevar a consecuencias desgarradoras. La historia de Amán nos recuerda que la maldad solo trae sufrimiento y desolación a quienes la rodean.

Descubriendo la Verdad: Un Relato de Intriga en la Corte del Rey

En la corte del rey, Mardoqueo se encontraba en una encrucijada. Al llegar a la puerta del rey, se vio limitado en su avance, ya que en la presencia de su Majestad no se permitía el uso de cilicio. Sabía que era el principal objeto del odio de Amán en cada provincia donde llegaba el edicto y la orden del rey. La noticia desencadenaba un gran duelo entre los judíos, con ayuno, llanto y lamento. Muchos se postraban en cilicio y ceniza.

Cuando mis eunucos y sirvientes masculinos vinieron a informarme sobre Mardoqueo, me embargó una gran angustia. Convocé a Hataj, uno de mis sirvientes, y le ordené que averiguara qué afligía a Mardoqueo y por qué. Hataj se dirigió a Mardoqueo en la plaza abierta de la ciudad, frente a la puerta del rey, donde este último le relató toda la historia. Además, le entregó una copia del texto del edicto de Amán, publicado en Susa, para que me lo mostrara y explicara. Mardoqueo le encomendó que me instruyera para comparecer ante el rey, suplicando clemencia y abogando por su pueblo.

El momento oportuno de Mardoqueo

La valentía de Mardoqueo

Desde que la costumbre me prohibió abandonar mi confinamiento en el palacio, envié a un sirviente para llevar algunas prendas que vistieran a Mardoqueo, de modo que el rey no lo viera con cilicio. De lo contrario, podría perder la vida. Sin embargo, Mardoqueose negó a disfrazar su desesperación. Respondí a Mardoqueorecordándole que era un delito capital presentarse ante el rey sin ser invitado, a menos que el rey perdonara al intruso extendiendo el cetro dorado.

Cuando mi mensaje fue transmitido a Mardoqueo, este respondió: «No pienses que por estar en la casa del rey serás el único de los judíos que escapará. Si en este momento te quedas callada, llegará socorro y liberación para nuestro pueblo desde otro lugar. Pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¿Quién sabe si no has llegado a tu posición real precisamente para un momento como este?»

Arriésgate por una causa mayor

Un papel crucial en el plan divino

En la historia de Ester, vemos cómo Ester se encuentra en una encrucijada decisiva. Con valentía, se enfrenta a la posibilidad de perder su vida al presentarse ante el rey sin ser convocada. Su determinación por salvar a su pueblo demuestra cómo cada individuo tiene un papel esencial en el plan de Dios. Así como Ester, todos podemos ser llamados a actuar en momentos críticos para el bienestar de otros.

Siguiendo su convicción, Ester instruye a Mardoqueo a convocar a todos los judíos a un ayuno de tres días, incluyéndose a sí misma y a sus doncellas. A pesar del peligro que enfrenta al desafiar la ley real, Ester decide arriesgarse y confiar en la providencia divina. Su determinación es un ejemplo de fe y coraje, recordándonos que a veces debemos tomar decisiones que desafían lo establecido en pos de un propósito superior.

Ester nos enseña que, incluso en medio de la incertidumbre y el peligro, podemos encontrar paz al confiar en algo más grande que nosotros mismos. Su valentía resuena a lo largo de los tiempos, recordándonos que el sacrificio propio puede ser el camino hacia la redención de muchos. ¿Estamos dispuestos a arriesgarnos por una causa mayor, aunque el costo sea alto? Ester nos desafía a reflexionar sobre nuestro propio papel en el plan divino y a estar listos para actuar cuando se nos llame a hacerlo.

El Poder de la Valentía en el Libro de Ester

En el relato bíblico del Libro de Ester, se destaca la valentía de la Reina Ester, quien enfrentó una situación crucial. En un momento decisivo, en el tercer día de ayuno, Ester decidió no descuidar su deber con Dios y su pueblo por su propia seguridad y éxito. Al completar el ayuno, se vistió con sus ropas reales, reunió valor y se presentó ante el rey sin ser convocada.

El Encuentro Crucial

Al ingresar a la sala real, el rey estaba sentado en su trono, y al ver a Ester de pie en el patio, mostró su aprobación al extenderle el cetro de oro que tenía en la mano. Ester se acercó y tocó la punta del cetro, un gesto que simbolizaba la aceptación del rey.

La Petición Determinante

El rey, intrigado, le preguntó a Ester cuál era su deseo, incluso ofreciéndole hasta la mitad de su reino. Ester sabía que este era el momento decisivo, donde sus palabras determinarían el destino de su pueblo. Con sabiduría, respondió al rey proponiendo un banquete en el que le pediría algo crucial.

La Decisión que Cambiaría Todo

Ester invitó al rey y a Amán a un banquete especial que ella había preparado. El rey accedió de inmediato, mostrando su interés en las palabras de Ester. Este encuentro marcó el inicio de una serie de acontecimientos que cambiarían el curso de la historia.

La historia de Ester nos enseña sobre la importancia de la valentía, la sabiduría y la determinación en momentos críticos. A través de su ejemplo, podemos aprender a enfrentar desafíos con coraje y confianza, sabiendo que nuestras acciones pueden tener un impacto significativo en la vida de otros.

El Plan Secreto de Ester para Salvar a su Pueblo

Un Banquete con un Propósito

En un gesto de valentía y astucia, Ester preparó un banquete especial con un propósito oculto. Mientras Amán y el Rey disfrutaban de su vino, el Rey, intrigado, le preguntó a Ester cuál era su deseo, prometiendo concederle hasta la mitad del reino. Con determinación, Ester reveló su petición: que el Rey y Amán asistieran a otro banquete que celebraría al día siguiente.

La Intriga Crece

Amán, lleno de alegría y vanidad, se retiró ese día sintiéndose especial. Había cenado con las figuras más importantes del reino y ahora estaba invitado por la Reina a otro evento privado con el Rey. Sin embargo, la intriga crecía. ¿Qué podría arruinar este momento para él?

El Relato de Mardoqueo y Amán en la Corte del Rey

Un Encuentro en la Corte Real

En la corte del rey, se dio un suceso inesperado que cambió el rumbo de las cosas. Fue en ese gran momento que Mardoqueo se encontró con Amán, dos figuras que marcarían un antes y un después en la historia.

Mardoqueo, valiente y decidido, se negó a mostrar temor ante Amán, desafiando las normas de la corte. Su actitud desencadenó una serie de eventos que sorprendieron a todos los presentes.

La Revelación en la Noche

Esa misma noche, el rey se vio en la necesidad de revisar los registros de la corte, donde descubrió un acto de valentía por parte de Mardoqueo. Enterado de cómo Mardoqueo había evitado un complot en su contra, el rey se cuestionó sobre la falta de reconocimiento hacia él.

El Honor que se Merece

Ante la falta de acción, el rey decidió preguntar a Amánqué se debía hacer para honrar a aquel que él deseaba reconocer. Amán, sin saber que se refería a Mardoqueo, propuso un plan que cambiaría el destino de ambos.

En un giro inesperado, la historia de Mardoqueo y Amánen la corte real nos enseña sobre la importancia del coraje y la justicia, revelando cómo las acciones de una persona pueden desencadenar consecuencias inimaginables.

El Poder de la Humildad: La Historia de Mardoqueo y Amán

En una antigua historia del reino, la humildad y la justicia se encuentran en el centro de una narrativa épica. Amán, un hombre ambicioso, creía que el rey le honraría. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El rey, sin saberlo, deseaba honrar a Mardoqueo, un hombre humilde y justo.

La Decisión del Rey

El rey instruyó a Amán: «Trae una túnica real que yo haya usado y un caballo en el que haya montado con una corona real. Entrega todo a Mardoqueo, y que uno de mis nobles le vista con la túnica y lo lleve en el caballo por la plaza de la ciudad, proclamando su honor».

La Lección de la Historia

La historia nos enseña que la verdadera grandeza no se encuentra en la ambición desmedida, sino en la humildad y la justicia. Mardoqueo, a pesar de estar en una posición modesta, fue honrado por su rectitud y bondad, mientras que Amán, consumido por su ambición, quedó en el olvido.

En nuestras vidas, debemos recordar que el verdadero honor proviene de nuestros actos y nuestra actitud ante los demás. La historia de Mardoqueo y Amánnos recuerda que la humildad y la justicia son virtudes que nos elevan por encima de la ambición desmedida y la vanidad.

El Giro del Destino de Amán

Quedó impactado, Amán acababa de poner a mi tío en el camino hacia el éxito. Ahora, Mardoqueo era uno de los hombres más influyentes en el reino. Amán tomó la túnica real y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo llevó a caballo por la plaza abierta de la ciudad, proclamando delante de él: «Así se hará con el hombre a quien el rey desea honrar«. Luego, Mardoqueo regresó a la puerta del rey. Amán se apresuró a su casa, lamentándose con la cabeza cubierta de tristeza. Había hecho de Mardoqueo un hombre de mayor estatus, ya no tenía autoridad para menospreciarlo.

Después de esto, los asistentes del rey llegaron apresuradamente y llevaron a Amán al banquete que había preparado. No fue el mejor día para Amán. El rey y Amán asistieron a mi banquete, y mientras bebían vino en el segundo día, el rey volvió a preguntar, esta vez a la reina Ester: «¿Cuál es tu petición? Se te dará«.

El Rey Jerjes/Asuero y la Reina Ester

Un pedido desesperado

Cuando el Rey Asuero le preguntó a Ester qué era lo que deseaba, incluso hasta la mitad del reino se le concedería, ella respondió con humildad y valentía. Le pidió al rey que le salvara la vida, que perdonara a su pueblo. Ester explicó que tanto ella como su gente estaban condenados a ser destruidos, asesinados y aniquilados.

Si tan solo los hubieran vendido como esclavos, Ester habría permanecido en silencio. Pero la situación era mucho más grave, y la valiente Reina sabía que debía interceder por su pueblo. El Rey Jerjes, sorprendido, le preguntó quién era el responsable de tal atrocidad. Ester no dudó en señalar a Amán como el enemigo, el adversario que tramaba la destrucción.

Una decisión crucial

El rey, enfurecido, abandonó la sala en busca de aire fresco en los jardines. Mientras tanto, Amán, temeroso por su vida, se quedó para rogarle a Ester por clemencia. Sin embargo, cuando el Rey regresó, encontró a Amán abalanzándose sobre Ester, sellando así su destino.

Lección aprendida

La valentía y la determinación de la Reina Ester no solo salvaron su vida y la de su pueblo, sino que también revelaron la verdadera naturaleza de Amán. A veces, las decisiones más cruciales se toman en los momentos de mayor presión. Ester nos enseña que enfrentar nuestros miedos y defender lo que es correcto puede cambiar el curso de la historia.

El Poder de la Justicia Divina

En un giro sorprendente de los eventos en el palacio real, el rey exclamó: «¿Acaso molestará al reina estando ella conmigo en la casa?» Tan pronto como estas palabras salieron de la boca del rey, cubrieron el rostro de Amán. Uno de los eunucos que servía al rey señaló un asta de unos 50 codos de alto que estaba junto a la casa de Amán, la cual había sido erigida para Mardoqueo. Este último, valientemente, había intervenido para ayudar al rey, revelando así un complot en el que se tramaba la muerte de su primo.

La justicia divina se manifestó de manera asombrosa. Sin necesidad de mayores pruebas, el rey ordenó: «¡Empaladlo en ella!» De este modo, Amán fue colgado en la horca que él mismo había preparado para Mardoqueo. El rey, entonces, quitó el anillo de sello que le había quitado a Amán y se lo entregó a Mardoqueo. Este último fue puesto a cargo de la casa de Amán , un giro de los acontecimientos que superaba cualquier plan humano.

La Justicia Prevalece

Amán ya no estaba presente, pero su malévolo complot seguía latente. Fue entonces cuando, con valentía, me dirigí nuevamente al rey, me arrojé a sus pies, lloré y le rogué que evitara el mal que se cernía sobre nosotros. La justicia divina había triunfado sobre la maldad, y la lección quedó grabada en nuestros corazones para siempre.

La historia de Ester: Un plan contra los judíos

En la trama de Amán y su plan para destruir a los judíos, se desencadena una serie de eventos cruciales. Amán había tramado un decreto para aniquilar a los judíos, y este seguía en efecto. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, el rey extendió su cetro de oro hacia Ester, quien se levantó y se colocó frente al rey. En ese momento crucial, Ester suplicó: «Si he hallado gracia ante tus ojos, oh rey, y si al rey le place, concédame mi vida; esa es mi petición, y la vida de mi pueblo; esa es mi súplica».

Con valentía, Ester solicitó la revocación de los decretos de Amán destinados a destruir a los judíos. No podía soportar ver la tragedia que se avecinaba sobre su pueblo, ni la devastación de su propia familia. El rey, con compasión, permitió a Mardoqueo y a Ester redactar un nuevo decreto que contrarrestara el anterior.

El nuevo decreto de protección

  • Con la guía de Mardoqueo, los escribas del rey redactaron un edicto que otorgaba a los judíos el derecho de defender sus vidas con prontitud.
  • Esta nueva ley se difundió rápidamente por todo el reino, asegurando que los judíos pudieran protegerse ante cualquier amenaza con gran velocidad.

Así, gracias a la intervención valiente de Ester y Mardoqueo, se logró cambiar el destino de los judíos y garantizar su seguridad en un momento crucial de la historia. Un relato de coraje, astucia y protección que perdura a lo largo de los siglos.

La Proclamación de la Redención: Un Mensaje de Esperanza

En los rincones del Reino de Semillas Reales, la noticia de la Redención de la humanidad del poder del mal se esparcía con rapidez y meticulosidad. Mardoqueo, tras desechar su cilicio, dejó el palacio envuelto en espléndidos ropajes, y la emoción se apoderó de mi pueblo al escuchar los eventos inesperados, mientras que el temor embargaba a otros que no deseaban ser contados entre sus enemigos.

En este tiempo, muchos gentiles se convirtieron en seguidores en cada provincia y ciudad donde llegaban los mandatos y decretos del Rey. Los judíos celebraban con alegría y regocijo, marcando festividades y días de fiesta en honor a Mardoqueo, el segundo hombre más poderoso del Reino, cuyo patriotismo era innegable. Los príncipes y gobernantes se unieron a la causa, temiendo a Mardoqueo y apoyando al pueblo.

Distante de mi hogar, confiaba en la guía divina ya que Dios me colocó en una posición de poder.

En una sociedad pagana, afortunadamente no comprometí mis principios, logramos avances significativos en la difusión de nuestra fe.

Mi nombre es Esther y este es mi historia.

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