Un dicho dice: «el fin justifica los medios». Muchos creen esto y no tienen obstáculos en transgredir algunas normas justificándose en el objetivo final.
Lamentablemente dentro de los cristianos hay quienes piensan igual, y aunque no lo manifiesten claramente es altamente visible en el espíritu de sus acciones.
Es el motivo de estas palabras el decirte que a los ojos de Dios ningún fin justifica el que optemos como medio el transgredir en desobediencia aún la más mínima de sus palabras.
Cuenta la Biblia de Saúl, el primer rey de Israel, que se encontró envuelto en una guerra encarnizada con los filisteos.1Sa 13:5 RV60 Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.
Esto generó un sentimiento de miedo terrible entre los israelítas. 1Sa 13:6-7 DHH Los israelitas se vieron en grave aprieto, pues de tal manera fueron atacados por los filisteos que tuvieron que esconderse encuevas y hoyos, y entre las peñas, y en zanjas y pozos. (7) Muchos de ellos cruzaron el Jordán, hacia la región de Gad y de Galaad; pero Saúl se quedó todavía en Guilgal, y todo su ejército lo seguía lleno de miedo.
Y los pocos que se habían sumado al rey para enfrentar a los enemigos, con el paso de los días, iban desertando.
1Sa 13:8 BL95 Saúl esperó siete días de acuerdo al plazo que había fijado Samuel, pero como Samuel no llegaba nunca a Guilgal, la gente comenzó a irse.
Esta sociedad sumamente religiosa no salía a la batalla sin implorar el favor de su Dios, consideraban que sin esto no tenían la más mínima posibilidad de vencer. Los días pasaban, el enemigo se hacía cada vez más fuerte, ellos cada vez más débiles y el sacerdote no llegaba para ofrecer sacrificio a Dios y así acallar el estado de inseguridad que se genera en el corazón de quien sabe que está expuesto.
Viendo que todo se iba derrumbando a su alrededor y presagiando ya un grave desastre, Saúl, quien quería lograr la buena meta de liberar a su pueblo de la esclavitud, no tuvo mejor idea que la de ofrecer él sacrificio a Dios, algo que solo estaba reservado para los sacerdotes y que no estaba dentro de las posibilidades para un rey.
1Sa 13:9-10 BL95 Entonces Saúl dijo: «Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión». Y él ofreció el holocausto. (10) Recién acababa de ofrecer el holocausto, cuando llegó Samuel. Saúl salió a su encuentro para saludarlo.
El fin nunca justifica los medios, nada hay que justifique el que uno mienta, robe, engañe, y tantas otras cosas que son claras violaciones a las normas estipuladas y reveladas por Dios en Su Palabra.
1Sa 13:11-14 BAD Pero Samuel le preguntó:-¿Qué has hecho? Y Saúl le respondió:-Pues como vi que la gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los filisteos se habían juntado en Micmás, (12) pensé: «Los filisteos ya están a punto de atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del Señor.» Por eso me atreví a ofrecer el holocausto. (13) -¡Eres un necio! -le replicó Samuel-. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, (14) pero ahora te digo que tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre más de su agrado, pues tú no has cumplido su mandato.
Bien dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pues bien, no le bastó a Saúl cometer esta equivocación una vez, sino que lo volvió a hacer una vez más.
1Sa 15:2-3 BAD Así dice el Señor Todopoderoso: «He decidido castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues no lo dejaron pasar cuando salía de Egipto. (3) Así que ve y ataca a los amalecitas ahora mismo. Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión. Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos.»
Esa era la orden pero siempre hay un «espiritual» que encuentra opciones «mejores»
1Sa 15:13-15 BAD Cuando Samuel llegó, Saúl le dijo:-¡Que el Señor te bendiga! He cumplido las instrucciones del Señor. (14) -Y entonces, ¿qué significan esos balidos de oveja que me parece oír? -le reclamó Samuel-. ¿Y cómo es que oigo mugidos de vaca? (15) -Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec -respondió Saúl-. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos.
Observe como el fin iba revestido de espiritualidad pero los medios claramente eran una violación a la voluntad divina.
Cuidado cuando queremos darle rienda suelta a nuestras pasiones y las justificamos «espiritualmente». Muchos justifican sus divorcios diciendo que su ex no oraba ni les acompañaba en el ministerio y que la nueva si. Otros apuestan o hacen negocios turbios argumentando que a mayores ganancias mayores beneficios para la obra. Y así podría seguir enumerando, las famosas mentiras blancas, etcétera.
Es el propósito de estas palabras decirte que nada justifica nuestra desobediencia a Dios. Te animo a que consideres estas últimas palabras. Palabras que Samuel le habló a Saul pero que revelan la esencia de esta enseñanza. Observa el grado de seriedad al que es llevado una actitud como la de Saúl.
1Sa 15:22-23 NVI Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. (23) La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y como tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey.»