Nuestros imposibles son posibles para Dios!
Hay momentos donde las circunstancias contradicen completamente nuestro sentido común. Uno de estos momentos le toco vivir a un hombre llamado Gedeón.
El tiempo en que vivió, la nación de los hebreos se encontraba bajo la opresión de un pueblo llamado los madianitas. Pueblo numeroso en extremo y a estos salió a combatir para buscar su libertad.
Jdg 7:12 DHH Los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se habían esparcido por el valle como una plaga de langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena que se acumula a la orilla del mar.
A estos salió a combatir nuestro hombre con un considerable ejército de 32.000 guerreros. Pero la sorpresa fue que, bajo la dirección y el consejo divino, sus fuerzas quedaron diezmadas en tan solo 300 hombres.
Jdg 7:7 DHH Entonces Jehová dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; váyase toda la demás gente cada uno a su lugar».
Para colmo de males, no solo era un problema el numerosísimo ejército enemigo, o sus trescientos atemorizados hombres sino que a esto se sumaba el no tener tres brazos, ¡¡¿?!!
Jdg 7:20 DHH …, tomaron con la mano izquierda las antorchas y con la derecha las trompetas que tocaban…Antorchas, trompetas,…¿y las espadas?¿y los escudos? ¿Con que iban a atacar y con que a defenderse? Pero lo más “sin sentido”, indudablemente, es el resultado: Jdg 7:20-21 DHH Los tres escuadrones tocaron las trompetas y, quebrando los cántaros, tomaron con la mano izquierda las antorchas y con la derecha las trompetas que tocaban, y gritaron: –¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! (21) Los israelitas se mantuvieron firmes cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el ejército madianita echó a correr dando gritos y huyendo. No siempre el sentido común es un buen consejero, las circunstancias eran imposibles pero había algo que no se veía que era tan o más real que las espadas, escudos y camellos, estaba Dios.
Jdg 7:13-14 DHH … un hombre contaba un sueño a su compañero, diciendo: –He tenido un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó a la tienda y la golpeó de tal manera que cayó; la trastornó de arriba abajo y la tienda cayó.[6] (14) Su compañero respondió: –Esto no representa otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.
Jdg 7:22 DHH Mientras los trescientos tocaban las trompetas, Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Dios le había prometido a Gedeón la victoria(Jueces6:14), y lo había capacitado por medio del Espíritu Santo (Jueces 6:34). Así también Dios nos ha hablado promesas de victoria sobre nuestros imposibles, Mat 21:22 RV60 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
Para ello nos ha dado, por medio de Jesús, el recibir poder por medio de la persona del Espíritu Santo,
2Co 13:4 PDT Es cierto que él era débil cuando fue crucificado, pero ahora él está vivo gracias al poder de Dios. También es cierto que nosotros compartimos la debilidad de Cristo, pero ustedes verán que al igual que Cristo, nosotros vivimos por el poder de Dios.
Gedeón respondió con fe, su sentido común le gritaba que no pero su confianza en que Dios podía cumplir lo que prometía le llevo a romper con los ídolos de su familia que le brindaban una falsa seguridad, a seguir aún cuando se iba quedando sin hombres y a atacar cuando fue la hora.
Poseedores de las mismas promesas, inclinemos nuestro corazón a Dios, perseveremos en la fe aunque las cosas no parezcan mejorar y actuemos con valentía. De seguro, al igual que Gedeón, no podrás dar crédito a lo que tus ojos van a ver.
1Jn 5:4 BLS En realidad, todo el que es hijo de Dios vence lo malo de este mundo, y todo el que confía en Jesucristo obtiene la victoria.